Que la magia del SEO es cuestión de arte y ciencia, ya lo sabemos. Y cuando hablamos de lograr que una landing page posicione como corresponde en los buscadores, la cosa tiene que ser más calculada que receta de abuela. No alcanza con bombardear palabras clave y esperar el milagro. Google ya se avivó del viejo truco de repetir palabras como loro y tiene mucho más ojo crítico: ahora lo que busca es contenido natural y relevante, que hablele a la gente como gente, no como robots.
Entonces, ¿cuánto es lo “ideal”? ¿Dos cucharadas de keyword y listo? No exactamente.
Pero acá te voy a contar por qué la clave para que tu landing salga en los primeros resultados de búsqueda está en mantener una densidad de keywords cercana al 2%, ¡pero con un uso bien estratégico!
1. La regla de oro: ¡naturalidad ante todo!
Sí, lo repito como mantra. En SEO, lo natural manda. Es tentador decir «bueno, si tengo que usar la palabra clave un montón de veces, la meto en todos lados», pero eso es receta segura para que Google te ponga en penitencia por keyword stuffing.
Esto significa básicamente repetir tanto una palabra clave que suena forzado, artificial. Google está en busca de calidad: quiere que tu contenido realmente sea útil y relevante para quien hace la búsqueda, no que se sienta como un parche de keywords.
Acá va un tip infalible: pensá en la intención del usuario. ¿Qué pregunta quiere responder? ¿Qué solución está buscando? Si la palabra clave encaja naturalmente en ese contexto, dale para adelante. Si suena forzado, es momento de repensar la frase.
2. La densidad correcta: entre el 1% y el 2%
¿Y cuánto es “natural”? Bueno, una buena práctica es que la densidad de keywords esté entre el 1% y el 2% del total de palabras del texto.
Esto significa que si tenés una landing de 1.000 palabras, deberías incluir tu palabra clave principal entre 10 y 20 veces, ¡pero no de cualquier manera!
La idea no es que metas la keyword sin ton ni son. Pensá que esa densidad no se trata de incluir siempre la misma palabra exacta, sino de jugar con variantes y términos relacionados. Si tu landing tiene un buen flujo de keywords, la relevancia mejora, y Google lo nota.
3. Más que palabras clave exactas, jugá con la semántica
Este es el secreto SEO de los últimos tiempos: el poder de la semántica.
Google no necesita que le repitas la misma palabra exacta. Con los años, el buscador se puso más sabio y empezó a entender de contextos. Esto significa que también tenés que hablarle del tema en general y dar señales de que estás cubriendo la temática de manera completa.
¿La mejor estrategia? Variantes y sinónimos, que también se conocen como keywords LSI (Latent Semantic Indexing). Estas palabras relacionadas ayudan a darle más contexto a tu contenido sin caer en la repetición. Así, evitás un texto robótico y mejorás la percepción de relevancia.
Supongamos que tu palabra clave es «coaching online». Variaciones que podrías usar para enriquecer el contenido serían cosas como «sesiones de coaching a distancia», «entrenamiento personal online», o «coaching virtual».
Todo esto genera un campo semántico alrededor del tema y le dice a Google que realmente sabés de lo que estás hablando.
4. Ubicación estratégica de tus keywords
Hasta acá ya te dije cuántas veces usar la keyword y cómo variar un poco, pero ¿dónde ponerla? 🤔 (rari…bue)
Si estás queriendo atraer tráfico, la ubicación es clave. No es cuestión de meterla a mitad de párrafo sin ningún sentido, sino de colocarla en ciertos lugares específicos que le dicen a Google que tu contenido realmente responde a la búsqueda del usuario.
Para tenerla atada, te comparto este esquema (basiquito, pero útil):
- Título (Title Tag): La keyword principal tiene que estar acá, sí o sí. Es lo primero que ve Google y es una señal directa de qué trata tu contenido.
- Meta descripción: Si bien no influye en el ranking de manera directa, ayuda a mejorar la tasa de clics (CTR). ¿Cómo? Al incluir keywords relevantes, el usuario sabe que tu página ofrece la respuesta que está buscando.
- Encabezados (H1, H2, H3): Poné tu keyword en el H1 y considerá incluirla en algún H2 o H3. Esto organiza el contenido y le da señales claras a Google de los subtemas.
- Primer párrafo: Que la keyword aparezca de entrada. Así confirmás rápidamente el tema de la landing.
- Texto principal: Mantenela de forma natural en el cuerpo, con las variaciones semánticas que te conté.
- Atributo Alt de las imágenes: Google no puede “ver” imágenes, pero lee los textos alternativos. Aprovechá para describir las imágenes con keywords si son relevantes.
- Enlaces internos y anclas: Si vas a linkear a otra página de tu web, usá keywords relevantes en el texto ancla para mejorar la navegación.
5. Sumale keywords de cola larga (long tail) a la mezcla
Las keywords de cola larga (esas frases de búsqueda más largas y específicas) son el truco para capturar tráfico ultra-calificado.
Quizás no tengan el volumen de búsqueda de una palabra clave principal, pero atraen a quienes buscan algo específico y están más cerca de tomar una decisión.
Para una landing page, sumar unas dos o tres de estas puede hacer la diferencia. Por ejemplo, si estás ofreciendo “coaching online”, una cola larga podría ser «coaching online para desarrollo personal».
Estas frases te dan más chances de posicionar en nichos menos saturados y de ganarte a una audiencia más calificada.
6. Contenido útil, detallado y profundo
Ya hablamos del “cuánto” y del “dónde”, ahora hablemos de la extensión.
Para que tu landing page se gane su lugar en Google, tiene que dar información real, útil y completa. ¿Por qué? Porque Google premia el contenido que responde preguntas y satisface al usuario.
Una landing page bien optimizada debería tener entre 800 y 2.000 palabras, dependiendo del tema y el nicho. Así te asegurás de ofrecer valor y que, quien la lea, encuentre respuestas concretas.
7. Usá herramientas para medir la densidad y monitorear keywords
Para asegurarte de que la densidad de keywords esté en ese 2% que buscás, lo mejor es chequear tu texto con herramientas como Ahrefs, SEMrush o Yoast SEO (si estás en WordPress).
Estas plataformas te ayudan a analizar el volumen de búsqueda y la densidad de keywords en el texto, y también podés espiar las keywords que están usando los competidores para inspirarte.
La cosa es que no hay proporción fija de keywords que garantice el éxito, pero si seguís estos pasos te vas a acercar bastante a lo que Google espera. Hacé que tus keywords fluyan con naturalidad, trabajá bien la semántica, ubicá las keywords en puntos estratégicos, sumá colas largas y apostá por contenido de calidad que realmente responda a la intención del usuario.
Al final, lo importante es que tu landing sea tan natural como una conversación, con keywords que aporten y sin recargar la estructura. Hacé de tu página un espacio que Google y tus potenciales clientes valoren, porque ahí está el verdadero secreto del SEO bien hecho.