Usé ChatGPT para crear contenido y esto pasó: lo que ningún creativo te advierte

  • Home
  • Usé ChatGPT para crear contenido y esto pasó: lo que ningún creativo te advierte

Antes de todo esto, pasó algo muy concreto. En 2024 me quebré la mano. Literal. Hueso, yeso, dolor y teclado imposible. Escribo para vivir, así que la situación era tan práctica (?) como angustiante: tenía cabeza, tenía ideas, pero no tenía mano.

Ahí apareció la IA como salvavidas. Dictaba, corregía como podía, pedía ayuda para ordenar textos que yo no podía teclear. ChatGPT no fue una amenaza ni un atajo: fue accesibilidad. Me permitió seguir trabajando cuando el cuerpo no acompañaba. Y eso fue, sin exagerar, una suerte.

Pero también fue el inicio de algo que en ese momento no estaba viendo del todo.

El día que dejé que ChatGPT pensara por mí

Cuando la mano sanó, la herramienta se quedó. Ya no por necesidad física, sino por comodidad mental. Lo usé para bajar ideas, para titulares, para copies largos, para mails. Incluso para “destrabar” textos que no fluían. Funcionaba, o al menos eso creía, porque el contenido salía, pero algo no cerraba.

Publicaba y no pasaba nada.
Ni rechazo, ni amor, ni conversación.
Silencio prolijo.

¿Por qué? ¿Cuál es el error? El punto es que no era malo el contenido, sino que era olvidable. Y en publicidad, en contenidos, en marcas personales, eso es peor que equivocarse.

El problema no fue la herramienta, fue el atajo

ChatGPT no me quitó creatividad y fricción, y la creatividad sin fricción se vuelve estándar.

Cuando dejás que otro piense por vos desde el minuto cero, el cerebro entra en modo cómodo. No se pelea con la idea, np duda y no conecta puntos raros. Acepta la primera respuesta “linda” y sigue.

El resultado: textos bien escritos que no dicen nada nuevo. Entonces entendí que producir no es crear, y que crear sin pensar es solo llenar el espacio.

Pero… ¿no era que el contenido es lo que está dentro del continente, Tana? Quienes tomaron alguna mentoría o clase conmigo, saben que hago mucho hincapié en esto: sí, el contenido está dentro de un continente, pero no para llenarlo sino para darle sentido. 

En publicidad, el sentido del contenido es el propósito de venta. En literatura, es el propósito de crear historias por medio del relato. En periodismo, es informar… y así.

¿Acaso estamos empezando a crear continentes vacíos de propósito, aunque repletos (y en abundancia) de contenido?

Checklist para salir del problema del contenido vacío rápido

Estas fueron las señales de que estaba apagando el músculo creativo

No me di cuenta de golpe. Fue progresivo. Todo sonaba bien, pero no sonaba mío. Leía mis propios textos y sentía distancia, como si los hubiera escrito otra persona que me conoce de LinkedIn, pero no de verdad.

Los insights aparecían demasiado rápido. El tono era correcto en cualquier contexto. El humor no incomodaba. La emoción no tensaba. Nada fallaba… y nada destacaba.

Cuando eso pasa, no es eficiencia. Es anestesia creativa.

Errores reales que vi (y que no recomiendo repetir)

✅Vi marcas usando IA para responder crisis emocionales con textos impecables y completamente desconectados. 

✅Leí claims “inspiradores” que ya existían en otras campañas, solo que nadie lo había chequeado. 

✅Detecté mensajes empáticos escritos con el mismo tono que un aviso de promociones.

La IA no falló. Falló la decisión de usarla donde no correspondía. Hay contextos donde el cuerpo, la experiencia y la lectura del clima cultural no se pueden delegar. Y cuando se hace, se nota mucho.

El punto exacto donde aprendí a decir: “hasta acá, tecnología”

No fue dejar de usar ChatGPT. Fue cambiar el orden.

Hoy hay un momento claro donde corto, cuando el problema todavía no está pensado o el insight todavía no apareció. Cuando la idea necesita silencio, no velocidad.

La tecnología acelera. El criterio decide.

Uso IA para explorar caminos, no para elegirlos. Para contrastar, no para definir. Para editar, no para parir ideas.

Cómo hoy combino creatividad y tecnología sin perder identidad

Anotate esta premisa: Primero pienso, después escribo y por último, optimizo.

Si no tengo claro qué quiero decir, no le pido a una máquina que lo diga por mí. Porque lo va a decir “bien”, pero no “desde acá”. Y ese “acá” es lo que diferencia un texto correcto de uno que deja marca.

Para que se entienda mejor, este fue mi cambio real: un antes, con uso automático, y un después, con uso consciente:

ChatGPT y creatividad

No es nostalgia creativa. Es supervivencia profesional.

Creatividad aumentada: el verdadero diferencial que viene

El futuro no es humano versus máquina, sino humano con criterio usando tecnología con límites. 

No quieras escribir rápido, más bien aprendé a definir cuándo frenar para decir “esto no se delega”. Retomemos el pensamiento crítico, aunque lleve más tiempo.

ChatGPT no arruina la creatividad. La apaga solo si le entregás el volante.

Y si sos creativo, copy, estratega o responsable de contenido, esto no es una advertencia dramática. Es una invitación adulta: usá la tecnología, pero no le regales tu cabeza.

Porque para producir contenido vacío ya sobran los agentes, en cambio, para hacer contenido pensado, faltan cada vez más humanos.