«They Laughed When I Sat Down At the Piano But When I Started to Play!» es el titular de una de las piezas más famosas de la historia de la publicidad en Estados Unidos. También conocida como «La lección de piano de Caples», fue escrita en 1926 por el publicista John Caples, y en la actualidad sigue siendo analizada por sus capacidades narrativas.
Desde mi punto de vista -si me lo permiten- «La lección de piano» resulta una creación ejemplar del storytelling de marca, sin la intención fehaciente de contar la historia de una marca, sino de utilizar esta técnica para fines de marketing.
En sobradas ocasiones participé del debate de si las marcas debían ser nombradas o no en una pieza confeccionada con ésta técnica, como también escuché que el storytelling no debe contener un call-to-action. En «La lección de piano» podemos profundizar aún más este análisis.
Sin desmerecer la valorada opinión de mis colegas, les comparto el relato de John Caples respecto a la pieza «La lección de piano» y los invito al análisis. Me anticipo a dar mi veredicto:
- No es necesario nombrar a una marca cuando la composición ya contiene los valores de la misma.
- Si un storytelling es parte de una estrategia de comunicación, no puede perder la oportunidad de persuadir a su público objetivo cuando el mismo está allí con sus emociones a flor de piel.
- Sí, es cierto, es una pieza publicitaria muy larga para la fecha. Sin embargo, y pese a eso, es eficiente al 100%. Será necesario que la leas para confirmarlo (esto último no es un call-to-action, lo juro).
- Por último, acepto que la técnica de John Caples se replicó millones de veces y hasta el hartazgo. Eso no quita que se pueda reversionar o, incluso, desarrollar una nueva técnica que considere los aspectos anteriormente mencionados.
Si algo tiene el hermoso mundo del marketing de contenidos es que las oportunidades son infinitas y reciclables.
La creatividad se abraza de la información y ésta abraza a su audiencia. Ambos, hacen el viaje unidos hasta el final del embudo para celebrar el reencuentro cuando el viaje vuelve a comenzar, eso sí, con otra historia.
Sin más, aquí va la pieza «La lección de piano» completa en imagen y luego en texto, traducida al español:
(Epígrafe) «¿Realmente puede tocar?» Susurró una chica. «¡Caramba, no!», Exclamó Arthur. «Nunca tocó una nota en su vida».
(Texto) Arthur acababa de tocar «El Rosario». La sala sonó con aplausos. Decidí que este sería el momento dramático de mi debut. Para asombro de todos mis amigos, caminé con paso seguro hacia el piano y me senté.
«Jack está haciendo sus viejos trucos», se rió entre dientes. La multitud se rió. Todos estaban seguros de que no podía tocar una sola nota.<
«¿Realmente puede tocar?» Escuché a una chica susurrarle a Arthur.
«¡Caramba, no!» Exclamó Arthur «Nunca tocó una nota en toda su vida… Pero sólo tú lo miras. Esto va a estar bueno.»
Decidí aprovechar al máximo la situación. Con fingida dignidad, saqué un pañuelo de seda y desempolvé las teclas del piano. Luego me levanté y di un cuarto de vuelta al taburete giratorio del piano, tal como lo había visto hacer a un imitador de Paderewski en un boceto de vodevil.
«¿Qué piensas de su ejecución?» Gritó una voz desde atrás.
«¡Estamos a favor!», Fue la respuesta, y la multitud se sacudió de la risa.
Entonces Comencé a Tocar
Instantáneamente, un silencio tenso cayó sobre los invitados. La risa murió en sus labios como por arte de magia. Toqué a través de los primeros compases de la inmortal Moonlight Sonata de Beethoven. Escuché jadeos de asombro. Mis amigos se quedaron sin aliento, hechizados.
Seguí tocando y mientras tocaba me olvidé de las personas que me rodeaban. Olvidé la hora, el lugar, los oyentes sin aliento. El pequeño mundo en el que vivía parecía desvanecerse, parecía oscurecerse, irreal. Sólo la música era real. Sólo la música y las visiones que me trajo. Visiones tan bellas y tan cambiantes como el viento soplando las nubes y la luz de la luna a la deriva que hace mucho tiempo inspiró al maestro compositor. Parecía como si el maestro músico en persona me estuviera hablando, hablando a través de la música, no con palabras sino con acordes. ¡No en oraciones sino en exquisitas melodías!
¡Un Triunfo Completo!
Cuando las últimas notas de Moonlight Sonata se apagaron, la habitación resonó con un repentino rugido de aplausos. Me encontré rodeado de caras emocionadas. ¡Cómo continuaron mis amigos! ¡Los hombres me estrecharon la mano, me felicitaron salvajemente, me golpearon en la espalda por su entusiasmo! Todo el mundo estaba exclamando con deleite, haciéndome preguntas rápidas … «¡Jack! ¿Por qué no nos dijiste que podías tocar así?»…»¿Dónde aprendiste?»-«¿Cuánto tiempo has estudiado?»
«¿Quién fue tu maestro?»
«Nunca he visto a mi maestro», respondí. «Y hace tiempo que no tocaba una nota».
«Deja de bromear», se rió Arthur, él mismo un consumado pianista. «Has estado estudiando por años. Puedo decir.»
«Deja de bromear», se rió Arthur, él mismo un consumado pianista. «Has estado estudiando por años. Puedo decir.»
«He estado estudiando por poco tiempo», insistí. «Decidí mantenerlo en secreto para poder sorprenderlos a todos ustedes».
Luego les conté toda la historia.
«¿Alguna vez han oído hablar de la Escuela de Música de EE. UU.?», Les pregunté.
Algunos de mis amigos asintieron. «Esa es una escuela por correspondencia, ¿verdad?», Exclamaron.
«Exactamente», respondí. «Tienen un nuevo método simplificado que puede enseñarle a tocar cualquier instrumento por correo en solo unos meses».
Así fue Como Aprendí a Tocar Sin un Maestro
Y luego les expliqué cómo durante años había deseado tocar el piano.
«Hace unos meses», continué, «vi un anuncio interesante de la Escuela de Música de EE. UU., Un nuevo método de aprender a tocar que sólo cuesta unos pocos centavos por día. El anuncio decía cómo una mujer había dominado el piano en su tiempo libre en casa, ¡y sin un maestro! Lo mejor de todo, el maravilloso método nuevo que usó, no requirió escalas laboriosas, ni ejercicios desalmados, ni prácticas pesadas. Parecía tan convincente que llené el cupón que solicitaba la lección de demostración gratuita«.
«El libro gratis llegó puntualmente y comencé en esa misma noche a estudiar la Lección de demostración. Me sorprendió ver lo fácil que era tocar de esta manera nueva. Luego compré el curso».
«Cuando llegó el curso, descubrí que era justo como decía el anuncio, ¡tan fácil como A.B.C.! Y, a medida que las lecciones continuaron, se volvieron más y más fáciles. Antes de darme cuenta estaba tocando todas las piezas que más me gustaban. Nada me detuvo. Podía tocar baladas o números clásicos o jazz, ¡todo con la misma facilidad! ¡Y nunca tuve talento especial para la música!».
Toque cualquier instrumento
Usted también puede aprender a ser un músico consumado, en casa, en la mitad del tiempo habitual. No se puede equivocar con este nuevo método simple que ya le ha mostrado a 350.000 personas cómo tocar sus instrumentos favoritos. Olvídese de la antigua idea de que necesita un «talento» especial. Simplemente lea la lista de instrumentos en el panel, decida cuál quiere tocar y la escuela de EE. UU. Hará el resto. Y tenga en cuenta que independientemente del instrumento que elija, el costo en cada caso, será el mismo, sólo unos pocos centavos por día. No importa si es un principiante o un buen artista intérprete o ejecutante, le interesará aprender sobre este nuevo y maravilloso método.
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¿Y?¿Qué te pareció «La lección de piano de Caples»?