Atomic Habits y el hábito de escribir

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el hábito de escribir

Muchos Copy Fans como vos, y en algún momento como yo, tienen mucho para contar y destinan muy poco tiempo al proceso creativo. Dicen “no sé escribir”, “tengo un impostor”, “no se me cae una idea”. Basándome en las cuatro etapas de James Clear te voy a contar cómo convertir la escritura en un hábito.

Como mentora de varios y varias Copy Fans del bien desde hace más de cinco años, he puesto en práctica cientos de ejercicios para que las personas aprendan a escribir de forma persuasiva y con fines de venta. 

Algo que aprendí de ese camino es que no todos requieren los mismos ejercicios y que, en ocasiones, lo que les falta no es aprender a escribir, sino que les falta el hábito.

Como dije, suelen caer en lugares comunes tales como:

“no sé escribir”, “tengo un impostor”, “no se me cae una idea”

Y yo les respondo, siempre:

Nadie nace sabiendo

El impostor sos vos

Las ideas no caen de ningún lado

Un buen día conocí a Vicky (te recomiendo que la sigas en su perfil de Instagram @inglesconvictoria) quien daba, en aquel entonces, un workshop literario y de interpretación en inglés del libro Atomic Habits de James Clear. 

Inmediatamente, lo devoré y lo adopté porque si bien, para muchos, se trata de un libro de autoayuda, en mi caso se resignificó como un extraordinario ejercicio para copywriters que le tienen miedo a la hoja en blanco, a la mente en blanco o al tiempo en blanco, sin escribir.

“Atomic Habits” habla, en concreto, sobre cómo dar pequeños pasos para formar un hábito que es, justamente, lo que les falta a las personas que quieren escribir con propósito, pero dicen que no pueden hacerlo.

Para James Clear existen cuatro etapas de formación de hábitos: señal, anhelo, respuesta y recompensa. Al conectar tu comportamiento con estas cuatro etapas, no solo empezás a escribir, sino que también empezás a hacerlo cada vez más seguido y de forma estratégica.

Un hábito en ejecución te permite concadenar diferentes hábitos que fomentan al primero, construyendo un círculo virtuoso que no permite que abandones la rutina adquirida.

Te voy a contar un ejemplo personal:

Aunque me encanta escribir y lo hago a diario, llevo poco más de cuatro años tratando de terminar una novela. Cuando empecé a escribirla sentí mucha satisfacción y eso me impulsó a continuar, pero el entusiasmo duró muy poco porque necesitaba escribir para mis clientes y para mi negocio.

La novela era un proyecto de largo plazo con todos los elementos negativos posibles rodeándome (estoy perdiendo el tiempo, no tengo una idea concreta, no lo estoy haciendo bien, nadie querrá leerla, etc.).

Un año después la retomé y me obligué a escribir todos los días dos horas. Como resultado, no solo abandoné la rutina al poco tiempo, sino que odié lo que había escrito. Ya te vas a enterar cómo lo resolví.

La enemistad con mi novela duró, al menos, dos años. Entonces leí el libro que les recomiendo aquí y por fin entendí. En lugar de darte mi solución ahora mismo, te voy a hablar de las etapas que fomentan un hábito real porque, en definitiva, no importa lo que yo hice sino lo que vas a hacer vos por cambiar y mejorar tu proceso creativo.

Las 4 etapas de James Clear y cómo aplicarlo al copywriting

A diferencia de la literatura, en el ejercicio del copywriting, el proceso creativo cuenta con más presiones que momentos de inspiración: que el cliente quiere un copy para ayer, que autocriticás tu proceso constantemente y eso te traba, que asumís tu capacidad de procrastinar (para esto último, te recomiendo que leas cómo hice para dejar de procrastinar).

Si bien las cuatro fases de Atomic Habits las podés aplicar a cualquier proceso, yo considero que son mucho más aplicables para los y las copywriters. 

No solo podés adoptar el hábito de escribir de forma persuasiva, sino que además vas a fomentar un pensamiento estratégico, entendiendo cómo funciona el comportamiento de las personas respecto a un producto o servicio y usando este ejercicio a la hora de persuadir.

Leé atentamente sobre las cuatro etapas. Yo las voy a ilustrar con ejemplos propios, pero a vos te tocará trasladarlos a tus ejemplos.

Etapa 1: Hacelo obvio

Si querés adquirir el hábito de escribir al menos cinco páginas todos los días, construí un escenario visual que deje a la vista las herramientas que necesitás para hacerlo. En mí caso, tengo mis libros de lectura, mi cuadernillo de notas, mis lápices, mis dispositivos y más, todo al alcance como para que no me lleve tiempo prepararme para escribir.

Esta es una muestra de mi escritorio ordenado para escribir (No acepto críticas jeje)

No se trata solamente del escenario de escritura y su mobiliario, sino que también podés dejar a mano todas las ideas, con post-it en la pantalla o anotaciones en una pizarra. Cuando te digo que sea obvio, me refiero a esto justamente, no dejes las ideas se pierdan, salvo que confirmes que no las necesitás más.

Etapa 2: Hacelo atractivo

A la hora de formar un hábito, es más fácil si encontrás formas creativas y atractivas de hacerlo.  Muchas veces, los y las Copy Fans buscan la originalidad en el resultado, cuando esta búsqueda debería estar durante el proceso. 

Hacé que tu proceso creativo sea original, buscá una actividad que te saque de esa rutina que no te permite crear. Salí de la silla. Podés ir a correr o anotarte en una clase de baileas para producir dopamina, serotonina y endorfinas. 

Escribí en un parque, juntate con otras personas para escribir, asignar música a lo que estás escribiendo, en fin, rompé el molde inspiracional. 

Cuando sacás el proceso del estereotipo y creás un modelo que respete tus gustos y la forma en que se potencia tu creatividad, escribir se convierte en una acción cotidiana que empezás a necesitar cada vez con más frecuencia.

Nota mental: Algún día compartiré un libro de ejercicios que escribí con 50 publicidades para clientes que no me contrataron por diversas razones, pero cuyas ideas pude conceptualizar y no quise dejarlas pasar. Tengo que sortear la verguenza que me da revelar lo que hice para soltar todo ese proceso 🫣.

Etapa 3: Hacelo fácil

Si te cuesta escribir, ya sea porque no te gusta o porque sentís que no tenés nada para contar, establecé procesos cortos que gradualmente van en aumento, en la medida que necesites más tiempo para seguir escribiendo.  

Tomá un poco de la primera etapa (Hacelo obvio) y facilitá los accesos a tus herramientas trasladando escenarios para que estén al alcance de tus manos.

¿A qué me refiero? Usá tu celular al máximo, colocando tus notas en la primera pantalla, agendado en Calendar (o la agenda online que uses) el tiempo que vas a destinar a tus procesos, y anotando en la descripción qué querés escribir en ese tiempo. Aquí te comparto mi pantalla.

No te obligues a seguir tus propias indicaciones, solo se trata de adquirir el hábito.

En mi caso, tengo además WhatsApp a mano con un grupo conmigo misma destinado a cada idea. 

Etapa 4: Hacelo satisfactorio

Aunque creas que se trata de una etapa similar a la segunda, hacelo atractivo, en realidad es muy diferente. Aquí vas a enfocarte en el incentivo que hará que quieras volver a escribir, una y otra vez. 

Esto me hace acordar a la forma en que le enseñamos a mi perro a esperar la comida, dándole más comida. No, mi ciela, no quiero que te regales un chocolate cada vez que termines, sino que por fin plantees objetivos concretos y no objetivos inalcanzables.

Por ejemplo, si te proponés escribir un copy por día para una campaña de lanzamiento de tu infoproducto, notarás que en cuanto empezás a visualizar que tu contenido se encamina, esto mismo te incentiva a volver a escribir para mejorar lo hecho, darle forma, incluso para aceptar si tomaste un camino inadecuado y ahora visuaizás cuál es el más efectivo.

Este ejercicio atómico se completa con tu observación y tu poder analítico (aquí poné en acción todas las herramientas de medición que tengas y quieras usar). Por ejemplo, yo puedo medir cuánto duran mis reuniones en Calendar y así optimizar si son o no efectivas, lo aplico para saber si el rato que destino a escribir lo uso realmente para eso o termino divagando.

También reviso continuamente el feedback que las personas tienen con el contenido que genero, tanto propio como para mis clientes. Aun cuando no me toque moderar comentarios en un blog o en una red social, observo el tiempo de lectura, lo que responden, qué comparten y qué dicen después de leer mi contenido. Esto es la sal pura (oro, dolarucos, bueno, ya entendiste).

Lo que quiero que te quede bien claro es que todos podemos escribir y que todos pasamos por etapas de bloqueo. Adquirir buenos hábitos no solo te ayudará para que puedas escribir más y mejor, sino para que sepas cómo sortear los bloqueos -porque volverán, lo siento mi ciela- y, por si fuera poco, también es útil para entender el comportamiento de las personas/usuarios/algoritmos con tu contenido.

Escribir todos los días no es una frase hecha, del montón y sin ninguna carga emotiva real. Escribir todos los días es un hábito atómico que solo pueden disfrutar quienes lo ponen a prueba.

Eso sí, no te aseguro que no tenga instancias de frustración en el medio, eso viene con el combo.

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