El poder de los verbos y cuándo usar adverbio: Eligiendo las palabras justas

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verbos vs adverbios

Hola, Copy Fan del bien, ¿cómo estás? Hoy vengo con un tema que nos toca a todos los que nos sentamos frente a un teclado y nos rompemos el mate pensando en cómo transmitir ideas que realmente conecten. 

Escribir es mucho más que poner palabras juntas; se trata de elegir las palabras correctas, esas que despiertan algo en quien las lee. Y si hay algo que puede transformar un texto del montón en uno que haga clic, son los verbos. Sí, los VERBOS.

Acompañenme, que hoy vamos a ver cómo elegirlos mejor y cuándo dejar esos adverbios que terminan en “-mente” (esas muletillas disfrazadas) para cuando realmente valen la pena.

¿Por qué los verbos son el corazón del copy?

En copywriting, los verbos son las estrellas. Si los sustantivos son la estructura y los adjetivos el color, los verbos son el motor. Son los que mueven las ideas, dan ritmo, e incluso llevan a la acción. Un buen verbo puede hacer que alguien pase del simple “me interesa” al rotundo “lo quiero”.

Por ejemplo:

  • En lugar de escribir: “Este producto te puede ayudar a resolver tu problema”, probá con: “Este producto soluciona tu problema”. ¿Ves la diferencia? No solo es más directo, sino que transmite confianza y claridad.

Elegir verbos poderosos también tiene que ver con evitar los que suenan débiles o genéricos. ¿Cuántas veces usaste “hacer” o “tener” cuando podrías haber usado “crear”, “desarrollar”, “experimentar” o “poseer”? Ojo, no digo que estén prohibidos, pero usarlos como comodín es un lujo que no siempre podemos darnos.

Pero, ¿qué pasa con los adverbios?

Los adverbios, esas palabras que se cuelan entre líneas para “modificar” un verbo, pero que muchas veces lo único que logran es diluir el impacto del mensaje… 

Ay ay ay… ¿quién no ha caído en la trampa de poner “rápidamente”, “fácilmente” o “eficazmente” en cada párrafo? Yo lo hice, y más de una vez.

El problema con los adverbios en “-mente” es que suelen ser un parche. Si necesitás decir que algo se hace “rápidamente”, tal vez el verbo “acelerar” pueda transmitir mejor la idea sin necesidad del adverbio. 

En otras palabras: si tenés que agregar un adverbio para que el verbo funcione, es probable que el verbo que elegiste no sea el mejor.

Veamos un ejemplo práctico:

“El equipo trabaja eficientemente para cumplir los objetivos.”
Cambiemos a: “El equipo optimiza su trabajo para cumplir los objetivos.”

Suena más fuerte y directo, ¿cierto? Ahí está la magia.

Ponelo en práctica, mi ciela

Sé que todo esto suena muy lindo en la teoría, pero la realidad es que cuando estás escribiendo bajo presión, lo último que querés es ponerte a filosofar sobre el uso de un verbo o un adverbio. Por eso, te dejo tres pasos simples que podés usar para que este consejo se convierta en un hábito:

  1. Identificá los verbos débiles en tu texto.
    Cuando termines de escribir un borrador, buscá verbos genéricos como “hacer”, “tener”, “decir” o “estar”. Preguntate si hay opciones más específicas que puedan reemplazarlos. Ejemplo: en vez de “hacer una reunión”, podés decir “organizar una reunión” o incluso “coordinar un encuentro”.
  1. Poné a los adverbios en la lupa.
    Hacé un control F con “-mente” (en serio, probalo) y analizá si esos adverbios están sumando o simplemente rellenan espacio. En la mayoría de los casos, podés reemplazarlos por un verbo más potente o incluso eliminarlos.
  1. Leé en voz alta.
    Esta técnica no falla. Cuando leés tu texto en voz alta, te das cuenta de inmediato si hay frases que suenan flojas o poco naturales. Si algo no fluye, volvé al paso uno y ajustá los verbos.

Ejemplos de la vida real: antes y después

A veces, nada enseña mejor que ver los cambios en acción. Así que acá te dejo algunos ejemplos reales (porque sé que los amás tanto como yo).

  • Antes: “El cliente fue rápidamente atendido por nuestro equipo.”
    Después: “Nuestro equipo atendió al cliente de inmediato.”
  • Antes: “Los diseñadores trabajan creativamente para dar vida a las ideas.”
    Después: “Los diseñadores transforman ideas en realidad con creatividad.”
  • Antes: “Estamos seguros de que vas a tener una experiencia inolvidable.”
    Después: “Estamos seguros de que vas a vivir una experiencia inolvidable.”

¿Notás cómo en los ejemplos mejorados no solo suenan más fluidos, sino que también tienen más fuerza? Los verbos específicos y los adverbios bien elegidos hacen que el texto sea más atractivo y profesional.

Un último matecito sobre el tema

Escribir es un arte y una técnica, y como todo en la vida, se mejora con práctica. La próxima vez que te sientes a escribir un copy, pensá en tus verbos como protagonistas y en los adverbios como sus aliados, no sus reemplazos. El objetivo no es eliminar todos los adverbios, sino usarlos con intención y estrategia.

Ahora quiero saber de vos, Copy Fan. ¿Qué trucos tenés para elegir las palabras justas? ¿Hay algún verbo que te haya salvado un copy?  Mientras me transmitís por telepatía la respuesta (o te ponés la 10 y llevás este post a redes arrobándome y respondiéndome) yo me voy a hacer otro mate y a seguir escribiendo para vos.

Nos leemos en la próxima 😊

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