No tiene nada de malo que en tus textos se pueda interpretar el tono de tu voz, casi como si estuvieras hablando. Sin embargo, escribir y hablar no es lo mismo, por tanto lo recomendable es que prestes atención en dónde están esos agujeros negros verbales que cuando los decís por escrito no suenan tan bien.
La mayoría de las veces cuando tengo una idea interesante para escribir un artículo o para compartir en uno de los webinars no tengo mi computadora a mano o no puedo sentarme a redactar como quisiera. El celular me saca del apuro porque tiro toda la idea en un audio que luego me ocupo de desgravar.
En ocasiones, surgen debates en los talleres o charlas que son tan interesantes en relación al contenido que también los grabo con el fin de bajarlos al papel con forma de artículo.
Pero me sucede, tanto en el audio “saca-apuros” como en el de las charlas, que aún cuando todos comprendieron lo que se dijo, si tuviera que escribirlo con esa misma impronta no se entendería nada.
La respuesta a ello trasciende el papel o toda capacidad de escribir bien o no. Considero que todos podemos hacerlo bien, sólo tenemos que estar atentos y analíticos con nuestro propio método de redacción. Te voy a demostrar en estos 4 tips cómo ser claro verbalmente y por escrito.
Gesto y texto
Existe una pareja que anda de la mano por la vida, pero que aún cuando se aman, funcionan por separado de maravillas. Son los gestos y las palabras, la pareja perfecta.
Lo digo así porque si sabemos manejar estos dos medios de expresión y comunicación, podemos darle mucho poder a nuestros textos. Veamos cómo:
Tip 1: Escribí frente a un espejo
En oratoria se practica frente a un espejo. ¡Poné a prueba el mismo ejercicio para leer tus expresiones corporales!
¿Suena vanidoso? Pero no es la idea que te mires todo el tiempo sino que entiendas tus expresiones y las traduzcas con palabras. Muchas veces nos hacemos entender cara a cara porque nuestras palabras están acompañadas de gestos faciales o corporales. ¡Sí, es cierto eso de que el cuerpo habla!
En oratoria, es necesario manejar el uso de las manos y hasta del espacio en un escenario, por ejemplo. Pues, si no tenemos todo eso en una hoja en blanco ¿cómo te proponés incorporarlo?
Mi recomendación es que te mires diciendo una oración y trates de escribirla agregándole personalidad. Animate, para eso están los signos de expresión y las onomatopeyas, si fueran necesarias.
Tip 2: Los silencios y la puntuación
El uso correcto de la puntuación te ayudará a dar respiros en tus textos.
¿Te diste cuenta cuántas veces hacés una pausa en tu discurso? Por pausa se entienden todos los momentos en que respirás, cambiás de tema, hacés una acotación, o también cuando frenás por una distracción.
Muchas de estas pausas son parte de tu impronta. ¿Buscaste la manera adecuada de llevarlas a tu texto? No siempre es necesario hacerlo, pero cuando lo hacés por alguna razón la peor decisión es optar por blancos, puntos suspensivos o emojis, mientras que la mejor decisión es usar metáforas para re significar algo mediante las comparaciones, por ejemplo, o la puntuación correcta como punto y seguido, punto y coma o punto y aparte.
Sobre el uso de las metáforas para este fin nos vamos a meter a fondo en otro posteo.
Tip 3: Pensá en el lector/auditor
Para que alguien te entienda cuando le estás hablando, en ocasiones, te servís del gesto del receptor. Si su gesto es positivo o de aceptación, avanzás sin problemas, en cambio si ves que quien te escucha está distraído, agobiado o con el ceño fruncido, entendés que no es interesante o no comprende.
Cuando escribís no estás viendo al lector y sus gestos, pero sí podés predecirlos ofreciéndo una redacción cómoda, de párrafos cortos y palabras simples. Ésto último no implica dejar de lado los tecnicismos cuando son necesarios ya que si estás escribiendo un artículo científico o un discurso político, vas a usar ciertos términos adecuados y afines. Poné más atención en el uso de la puntuación.
Tip 4: Leé y escuchá a otros
La lectura siempre es un buen consejo, pero hoy también tenés mucho material multimedia para explotar tu aprendizaje.
Existen muchos escritores que manejan muy bien su personalidad en el papel y en la oratoria. Una forma de aprender cómo lo hacen es escuchándolos y leyéndolos. Más allá de los gustos, Alejandro Dolina es un buen ejemplo para ejercitar. También te recomiendo los podcast de Leo Piccioli.
Como siempre que hay tips, también hay un plus, aquí va una quinta pata para tu mesa: te super recomiendo que escribas de largo, sin signos de puntuación, ni exclamación; sin mayúsculas y sin acentos. Todo en un párrafo.
Cuando termines, releelo y comenzá a darle forma, sentido y expresión. Vas a notar la diferencia y vas a incorporar en tu mente el contraste entre el cómo se hace bien, pero a tu manera.
¡Suerte con ello!