¿Cómo armar un presupuesto de redacción? Estrategias, tarifas y consejos de negociación

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Cómo presupuestar

Quienes vendemos nuestro servicio como redactores y/o redactoras, en algún momento de nuestras carreras nos hemos preguntado cómo presupuestarlo. En esta entrada del blog del Copy Fan no voy a compartirte un tarifario (porque no lo hay, al menos no actualizado) pero sí te voy a contar todo lo que yo tengo en cuenta cuando armo mis presupuestos. 

El año pasado, embalada por la necesidad de contar con una herramienta útil para presupuestar mi servicio como redactora, encaré un proyecto que a medida que iba mejorándolo, empeoraba. Sí, así como te digo, y por eso mismo, ese proyecto terminó prácticamente en la nada.

Sin embargo, aquí te voy a contar dos o tres cuestiones clave que sigo utilizando a la hora de presupuestar y que, cuando un alma de Copy Fan perdida me pregunta, le comparto y explico.

Cuando empecé a trabajar de forma freelance, armé una planilla de excel en donde actualizaba cada año mi tarifario basándome en diferentes parámetros, tales como: los gastos relacionados con las horas productivas, una aproximación de tiempo que me lleva redactar un artículo y los valores de la competencia, etcétera.

En aquel entonces no tenía cómo comprobar de lo que era capaz por lo que me tenía ganar a mis clientes con propuestas interesantes y eso no sólo tenía que ver con los valores -lo digo, sobre todo, porque muchos se bajan el precio más de lo que corresponde para ser competitivos, y ahí no está el quid de la cuestión.

Así es como nació mi fórmula del éxito basada en la propuesta de valor.

Propuesta y cotización: Los dos factores de valor

¿Qué quieren saber los clientes sobre tu servicio? Cuánto les costará y solo eso. No les interesa saber que sos responsable, dónde te preparaste y si trabajás con alguien más, por lo que si vendés tu servicio de forma freelance, evitá enviar un curriculum vitae tradicional cuando un cliente te pide un presupuesto.

Ponete en la cabeza de ellos, quieren resolver una necesidad y están acudiendo a quien pueda proveer ese servicio por un valor que sea aceptable para su negocio (dejemos de lado si es una 🐀o no). Pero eso no es todo, una segunda cosa que quieren es tener claridad de lo que contempla ese valor que le querés cobrar.

Por esa razón, en lugar de enviar un CV en un rollo de papel higiénico o con una experiencia laboral incomprobable, te propongo que envíes una carta de venta que consiste en una propuesta potente y una cotización de la propuesta.

La propuesta de valor

Según el publicista Rosser Reeves, en la propuesta de valor aquí radica la excelencia de un buen copy. En concreto, él dice que tenemos que esmerarnos en crear un USP, tranqui que aquí te bajo el código: Unique Selling Point o  Proposition es una propuesta única de venta. 

Para Reeves, todos los negocios tienen que tener un USP claro, concreto y directo, y esto es así porque las personas solo se quedan con un recuerdo de cualquier mensaje que absorben. Si tu mensaje está plagado de información innecesaria, entonces desviarás su atención hasta perderlo.

Ahora bien, los presupuestos necesariamente tienen que contener distinto tipo de información, por eso, vamos a tomar la premisa de Reeves para empezar por la primera parte: la propuesta y cerrar el presupuesto con la cotización.

Una estructura que ofrece una experiencia persuasiva

A este punto, está claro mi mensaje, ¿cierto? Lo reafirmo por las dudas: Si querés que tu presupuesto venda, no pierdas el tiempo con descripciones innecesarias. Andá al grano: “Voy a hacer esto, de esta manera y te va a costar tanto”; claro, dejá visible los contactos para que te localice cuando tome la decisión.

Sobre ese formato ganador, te cuento que la estructura debería ser más o menos así:

Hoja de presupuesto para redacción

Tu presupuesto tiene que estar dentro de una hoja membretada que contenga tus datos, pudiendo estar en la parte inferior de la hoja, mientras que en la parte superior vas a colocar la fecha y una referencia breve a modo de titular. Debajo, comenzá la carta con un saludo breve y amable que responda al pedido. 

Por ejemplo:

A continuación del punteo que detalla la propuesta, vas a incorporar una sección denominada Metodología (vos ponele el nombre que quieras, mientras hable de cómo vas a hacer lo que puntualizar antes). Este no es el espacio para decir que sos responsable y que dominás el paquete Office, Adobe y tal, sino que tenés que decir el cómo y, ojo, que muchos toman la decisión de contratarte por esta parte. Mirá:

No es lo mismo decir esto:

Metodología: Realizaré los 10 contenidos con fines de posicionamiento orgánico para que la marca sea reconocida en las búsquedas de Google. Lo haré respetando los plazos de entrega y aplicando todas las técnicas SEO.

Que decir esto:

Metodología: Los contenidos se desarrollarán en documentos de drive individualizados por temática y debidamente vinculados en un archivo spreadsheets. Se entregarán con XX días de anticipación para su supervisión y con XX días para realizar ajustes. 

Una vez que está todo dicho, no te olvides de agregar un apartado que detalle qué es lo que no contempla dicha propuesta. A medida que más servicios tenés que presupuestar, mayor será la exigencia a la hora de redactar esta sección puesto que no debe ser más grande que la propuesta, pero tampoco deben quedan sin mencionar cuestiones como:

  • ¿Contempla traducciones?
  • ¿Contempla carga del contenido en una plataforma?
  • ¿Contempla la adaptación del contenido para otras plataformas que no sea la que se menciona en la propuesta?
  • ¿Contempla la realización de diseños?
  • ¿Contempla horas y viáticos por reuniones presenciales?

Esto evitará que se generen discusiones de último momento sobre lo que sí o lo que no contempla el presupuesto.

¿Cómo cotizar una propuesta única de valor?

Esta pregunta parece imposible de responder, sobre todo porque cada PUV es diferente y ahí es donde, quienes redactamos, estamos en un gran limbo. 

Repitan conmigo: NO EXISTE UN TARIFARIO QUE SE AJUSTE A LOS VALORES Y CONDICIONES DE TRABAJO FREELANCE Y/O AUTÓNOMO. 

Por ese motivo, la cotización de lo que proponemos está al final, siendo que como les dije al comienzo, es lo único que nuestros potenciales clientes quieren saber. Pero está al final porque toda la propuesta que compartimos es CLARA, CONCRETA Y DIRECTA. Entonces, el potencial cliente la leerá más tarde o más temprano.

Este apartado consta de las siguientes partes:

Hoja de presupuesto para redactores

La primera parte, Formas y Medios de Pago, contendrá una explicación directa y concreta de:

  • Fechas de pago
  • Tipo de moneda o condiciones por sus variantes (cuánto en pesos, cuánto en dólares, etc.)
  • Aclaración del medio de pago: si aceptás transferencia, cheque, pagaré, efectivo, criptomonedas o canjes.
  • Políticas de penalización por mora: Este punto ha sido extraordinariamente relevante para mí en el último tiempo. Dejar claras mis políticas de penalidad no sólo me liberó de perseguir al cliente para que pague, sino que también brindó transparencia e hizo prioritario el respeto y la valoración del trabajo y de los tiempos de cada uno.

A continuación, viene el momento de los números. Esta sección es tan visual como textual. Es importante que aclares si tendrá ajustes mensuales, trimestrales, semestrales o anuales y con qué medio se aplicarán. En mi caso, se aplican automáticamente en la siguiente factura luego de los tres primeros meses y basándome en la Calculadora por inflación que aquí les dejo.

Si bien el potencial cliente querrá saber el número y las condiciones de pago, traten de equilibrar el contenido para que la sección de mayor fricción no ocupe más que la propuesta. Esto es, porque es sabido que a ningún cliente le gusta atravesar un bosque de condiciones para finalmente contar con un buen servicio. Hagámoslo simple.

Te dejo aquí una plantilla con mi hoja de presupuesto para que la chusmees y tomes todo lo que interese de la estructura. Ahora bien, las mejores propuestas tienen cotizaciones acordes y si te preguntás si estás cobrando bien o no, te propongo que sigas leyendo porque vamos a indagar el mundo de los tarifarios invisibles.

¿Cuánto cobra un redactor en Argentina?

Un redactor en Argentina cobra entre $5.000 y $35.000 por artículo de blog de 1.000 a 2.500 palabras. Al respecto, debo decir dos cosas:

  1. Sí, metí un título re SEO para que vengan todos los algoritmos a levantarlo.
  2. No es chamuyo. Conozco colegas que cobran ese mínimo, o menos, y conozco a quienes cobran ese máximo, y un toque más también. 

¿Cómo hacen para cobrar tanto? Bueno, un poco por la experiencia y otro poco porque, por lo general, son referidos y de buena fuente, también porque tienen propuestas de valor insuperables, básicamente, porque dan una prueba de ello.

Y aquí tengo que profundizar en eso de la “prueba” ya que muchos regalan su trabajo en lugar de hacer demostraciones prácticas. Por fortuna, cada vez son menos los que piden referencias con una prueba o una pasantía no remunerada.

Repitan conmigo: NO REALIZO PRUEBAS NO REMUNERADAS PORQUE MI TIEMPO Y MI TRABAJO SON VALIOSOS.

Es muy importante que sepamos el VALOR de nuestro conocimiento, nuestro aprendizaje y nuestra dedicación. Como les dije, no son aspectos que tengamos que poner en un presupuesto (son más bien de CV) pero sí tenés que lograr que tus clientes o antiguos clientes sean quienes te referencien por esos valores.

Te recomiendo que para presupuestar la realización de un contenido de blog, por ejemplo, tengas en cuenta estos aspectos:

  • El conocimiento que tenés sobre la temática, te restará mucho tiempo de dedicación si, al menos, podés manejar el vocabulario.
  • Reconocimiento del tipo de lectores de ese contenido, para dirigirte directamente a sus preguntas.
  • Inversión en aprendizaje y horas de dedicación diaria a ello, si dedicas dos horas por día a estudiar cómo hacerlo y eso te cuesta un valor determinado, ¿por qué harías tu trabajo gratis? Sacale una proporción para actualizar tu capacitación.
  • Gastos comunes. Parece un chiste pero somos muy pocos los que tratamos a nuestros negocios como negocios. Acaso, ¿sabés cuánto gastas de luz, gas, agua e internet cuando estás trabajando? Hacé la cuenta y tené esto en cuenta para ponerle valor a tu trabajo, recordando que será una cifra divisible por la cantidad de contenido que gestiones por cliente, por día.
  • Gastos extraordinarios, como el alquiler o las expensas no son gastos comunes. No podés pasarte el día escribiendo y que tu ingreso no alcance para pagar el alquiler.

¿Notás cómo es que poco a poco va subiendo tu número? Ahh, claro que lo sé mi ciela, tus clientes te van a decir que es muy caro y tratarán de saber por qué cobras eso. Aquí viene tu PUV (o USP). Al desarrollarla, evitá expresiones tales como:

  • Soy la única en el mercado que dedicará 100% de su tiempo en tu contenido
  • Soy la solución que tu negocio está buscando
  • Escribo para que vendas más
  • Sé cómo hacerte duplicar tus ventas con contenido de valor

Si lográs cualquiera de estas afirmaciones, mejor es que des pruebas de ello. Esa es la prueba real que tenés que dar. Por ejemplo:

“Formé parte del equipo creador de  Human Blog, con el cual posicionamos los primeros cinco contenidos en 15 días, logrando un buen feedback de los clientes de Supervielle y mejorando su performance en tan sólo 2 meses. Lo hice junto a @ Juan de los Palotes, SEO Strategy, y @ Rosa de los Palotes, Project Manager del equipo de SEO Content”

En mi caso, y luego de la hoja de cotización, agrego una hoja más con ejemplos de mi performance con nombre de empresa, equipo con el que trabajé y descripción de la misión y el resultado. Esta hoja siempre la customizo de acuerdo al tipo de cliente para el que apunto.

Ya sé que ahora mismo estás preguntándote qué hacen quienes todavía no tienen experiencia para compartir. ¡¿Qué hacen?! Empiecen a cosechar, mis cielas, junten esa experiencia armando un blog ahora mismo y haciendo prueba y error ahí, publicando en sus redes, en Medium o cualquier otro servicio que les permita practicar y dar ejemplos claros de lo que pueden hacer.

Todos tuvimos un primer día, alguna vez.

Todos fuimos basureados por un cliente 🐀.

Todos nos equivocamos y aprendimos del error.

Pero no todos saben valorar su tiempo y esfuerzo, por eso te invito a que hagas la diferencia.

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